El enfoque de atención centrado en la persona

La persona es el centro de la atención 

La prestación de servicios y cuidados a personas con discapacidad o en situación de dependencia ha experimentado una evolución significativa en los últimos años con la incorporación de un enfoque que pone a la persona en el centro y está orientado a ofrecerle una atención integral y de calidad reconociendo su dignidad y derechos.

La persona, como centro de la atención, participa y decide en aspectos relacionados con su proyecto de vida y, para poder llevarlo a cabo, recibe una atención personalizada, acompañada por una serie de apoyos tanto desde el centro en el que recibe atención como en la comunidad en la que reside.

Es un enfoque que supera el modelo clásico de atención —centrado en el servicio, con un enfoque asistencial y jerarquizado en el ámbito profesional—, pasando a un modelo de atención integral y personalizado que considera a la persona como sujeto partícipe de las decisiones sobre su proyecto de vida.

 

 

¿Cómo y dónde surge?

El origen del enfoque está atribuido a la Terapia centrada en el cliente, desarrollada por Carls Rogers en la década de los 60.

La pertinencia de este enfoque queda actualmente fundamentada por una extensa evidencia científica que reconoce la importancia que tienen en la atención aspectos como la promoción de la salud, de la autonomía y del envejecimiento activo, la atención integral (bio-psico-social), el entorno donde se prestan los servicios y la cultura de la organización que los ofrece. El incremento de la esperanza de vida es otro de los factores que contribuye a necesitar este nuevo enfoque.

Asimismo, en el contexto de los estados democráticos que reconocen los derechos y libertades de todas las personas sin discriminación de ningún tipo, existe un marco legal que desde hace unos años ha comenzado a reconocer los derechos específicos de las personas con discapacidad y personas mayores, que son los perfiles a los que se está orientando mayoritariamente este modelo de atención. Recientemente, están comenzando a promulgarse también diferentes normas que abordan específicamente en su objeto la atención centrada en la persona.

 

¿Cómo se lleva a la práctica?

Para su aplicación es necesario tener en cuenta una serie de principios —tales como autonomía o participación— y criterios —prevención o flexibilidad, entre otros— que se orientan a ofrecer una atención integral y personalizada. El peso que tengan los factores facilitadores (como el compromiso, la formación…) o las resistencias (miedo al cambio, prejuicios, barreras arquitectónicas…) ante este nuevo modelo de atención será determinante para su éxito.

 

¿Qué se requiere para ponerlo en práctica?

  • Desarrollar acciones de sensibilización y formación orientadas tanto a las propias personas usuarias, a sus familias, a profesionales y a agentes de la comunidad. En este proceso, el liderazgo de la organización y el compromiso de todas las personas implicadas es fundamental. 
  • Establecer un plan de acción específico para cada centro o servicio que implante el modelo con una aplicación gradual del mismo y una evaluación continua que garantice su adecuación a las posibles necesidades y demandas cambiantes.
  • Adaptar las organizaciones y los entornos a las necesidades y demandas de las personas usuarias.
  • Incorporar nuevos roles y habilidades profesionales con una mayor coordinación y trabajo en equipo, aumentando también la participación del equipo cuidador en el diseño de los planes de atención.
  • Realizar planes de atención específicos para cada persona usuaria, orientados a su proyecto de vida y con actividades terapéuticas y significativas, motivantes y acordes con los valores, gustos y expectativas de cada persona.

 

Los múltiples beneficios de este nuevo enfoque se manifiestan, por ejemplo, en una mejora en la calidad de vida y en la satisfacción con la atención por parte de las personas usuarias y de sus familias, así como en la mejora del clima laboral y la motivación de los equipos profesionales y las organizaciones que prestan los servicios de atención.

 

 

Un enfoque para todas las personas, también desde y-logika

Aunque este modelo se está aplicando mayoritariamente en centros y servicios orientados a personas con discapacidad o en situación de dependencia —lo que también incluye la atención gerontológica—, las características de su enfoque y los principios que lo sustentan hacen que también sea válido para dar respuesta a personas autónomas de cualquier edad que requieran de una atención social o sanitaria en algún momento de su vida, ya que la enseñanza fundamental del mismo es el respeto a la dignidad de la persona y a su proyecto de vida.

Entre nuestros servicios profesionales se encuentran la formación y la realización de procesos de incorporación de este enfoque de atención. Para cualquier información al respecto, ponte en contacto con nuestro equipo.