El sector privado
La heterogeneidad es una de las características de la economía de la longevidad 6.5., como ya se ha comentado en entradas anteriores. Esto lleva aparejado que, si bien puede haber actores que en el transcurso del proceso resulten más favorecidos, las posibilidades reales de beneficiarse de esta nueva economía están en todos ellos en mayor o menor medida. Sin duda, la economía de la longevidad está dando todavía sus primeros pasos en España a nivel práctico: se están llevando a cabo interesantes iniciativas en el ámbito público con el objetivo de sensibilizar y visibilizar las oportunidades que se derivan tanto para empresas como para equipos profesionales y personas emprendedoras. Sin embargo, se puede decir que todavía estamos en un estadio inicial donde las empresas poco a poco van interiorizando la potencialidad que la economía de la longevidad tiene para ellas.
Existen iniciativas que ponen de manifiesto el interés creciente en sensibilizar, divulgar y concretar las posibilidades de la economía de la longevidad como, por ejemplo: el Laboratorio para la creación del centro de competencia para la economía del cuidado de larga duración y el envejecimiento activo (CECOEC), llevado a cabo mediante la colaboración público privada entre la Administración del Principado de Asturias, a través de la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar, y las Cámaras Oficiales de Comercio, Industria, Servicios y Navegación del Principado de Asturias. En este foro, nuestro equipo de y-logika impartió dos conferencias sobre las oportunidades de la economía de la longevidad 6.5. y su aplicación al ámbito de la seguridad y dirigió un taller para dar a conocer a personas emprendedoras las oportunidades de la economía de la longevidad 6.5. Otros ejemplos son el Centro de Innovación Digital Silver Economy – DIHSE liderado por la Diputación de Zamora en colaboración con diferentes entidades públicas y privadas, y más recientemente el Málaga Silver Economy Hub, iniciativa público-privada liderada por el Ayuntamiento de Málaga y la Confederación de Empresarios de Málaga.
¿Es algo nuevo?
De la visión y audacia del tejido empresarial dependerán, en gran medida, las posibilidades de desarrollo socioeconómico derivadas de la puesta en marcha de iniciativas en el marco de la economía de la longevidad o silver economy que, por otra parte, ya se ha puesto en marcha mucho antes de su popularización a principios del siglo
XXI.
Un buen ejemplo podemos encontrarlo en el sector turístico, pieza clave en el tejido productivo de España, que desde hace ya muchos años ha entendido que dar respuesta a las necesidades de la personas mayores de 65 produce beneficios importantes desde el punto de vista económico, social, e incluso de imagen pública. Es el caso concreto de Benidorm que ha sabido interpretar como nadie las potencialidades y las oportunidades de la economía de la longevidad en España a albur de las políticas públicas impulsadas a través del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO) que posibilitó en los años 80 la desestacionalización del turismo mediante la subvención de viajes para la tercera edad donde Benidorm se posicionó como destino prioritario, con importantes beneficios
para el tejido empresarial del municipio. Con ello, queremos transmitir que, aunque es ahora cuando se está trasladando la potencialidad de esta nueva economía, su implementación en algunos sectores no es algo nuevo.
Sectores potencialmente favorecidos
En cuanto a los sectores a los que potencialmente puede favorecer la economía de la longevidad 6.5., entre otros podríamos citar los siguientes:
- Desarrollo socioeconómico: Tejido empresarial-personas emprendedoras.
๏ Políticas de comunicación.
๏ Atención al cliente.
๏ Salud.
๏ Cultura.
๏ Formación.
๏ Vivienda.
๏ Nutrición-alimentación.
๏ Finanzas, seguros y banca.
๏ Moda.
๏ Viajes y ocio.
๏ Tecnología y espacios adaptados.
๏ Inteligencia artificial.
๏ Transporte.
๏ Comercio.
๏ Diseño y mobiliario urbano.
๏ Señalítica interna y externa.
Se trata, por tanto, de un listado en el que podría caber cualquier sector puesto que, en mayor o menor medida, todos son susceptibles de diseñar y/o adaptar servicios y productos a las necesidades de los diferentes perfiles de personas mayores de 65 años.
Cuidado con la «tiranía» de la tecnología
En otras entradas hemos comentado la necesidad de poner el foco en dar respuesta a las necesidades sentidas por las personas mayores vez de a las normativas o de aquellas que prioricen el aplicar un tipo de herramienta de manera estandarizada, porque «está de moda» o porque se considera «apta para todo». En relación con ello, existe cierto riesgo de priorizar y fomentar el uso de las nuevas tecnologías como respuesta mayoritaria y prioritaria a las necesidades de las personas mayores. Sin duda, no podemos obviar la importancia de las nuevas tecnologías y de la inteligencia artificial que ayudará a encontrar nuevas respuestas pero también nos obligará a afrontar nuevos retos como el derecho a la privacidad, el ciberdelito, etc. Del mismo modo que nos obliga a plantearnos que quizá haya necesidades para las cuales haya otras respuestas no tecnológicas más adecuadas que no nos planteamos. Dicho de otro modo, no siempre la tecnología como respuesta es un buen «café para todos».
Sin duda es un debate controvertido, se trata de compatibilizar el uso racional de las nuevas tecnologías con la eficacia de la respuesta y el derecho fundamental a recibir una atención adecuada sin que el medio elegido suponga una nueva exclusión social o una invasión a la privacidad. La complejidad de este tema tendremos ocasión de tratarla en futuros post.