La economía de la longevidad 6.5. unida al desarrollo socioeconómico

Cómo la longevidad favorece el desarrollo socioeconómico

Las sociedades longevas pueden convertirse en motores de desarrollo socioeconómico de nuestras sociedades, de nuestras ciudades y de nuestros pueblos. La longevidad per sé favorece el desarrollo socioeconómico puesto que la respuesta a las necesidades de la persona mayores provoca actividad económica de manera tangencial, del mismo modo que tiene grandes implicaciones a nivel público y, por tanto, político.

Este desarrollo requiere poner a las persona mayores en el centro de las políticas públicas así como en las estrategias de desarrollo empresarial, porque sin la participación de ellas no será posible este proceso. Asimismo, en y-logika consideramos que este desarrollo debería basarse en los principios de ética, buen trato y dignidad hacia ellas.

 

Las personas mayores como consumidoras

La transformación en el imaginario colectivo de las personas mayores como demandantes de recursos asistenciales a personas consumidoras está provocando cambios y adaptaciones a esta nueva “realidad”. Diferentes informes muestran algunas características de este grupo de edad como consumidor cualitativamente diferente a las
personas que aún forman parte del mercado de trabajo. De hecho, su mayor capacidad de consumo en comparación con otros grupos de menor edad es una realidad, ya que los hogares compuestos por personas de 65 y más años dedican 4.271 euros al año a «llenar la despensa», lo que supone 172 euros más que los hogares con residentes menores de 65 años. Además, se estima que para 2030 podrían generar 4 de cada 10 euros del mercado. Como afirma Neus Soler: «Es el segmento que más crecerá demográficamente y, además, tiene un poder adquisitivo mayor porque suelen haberse liberado de cargas como la hipoteca o el mantenimiento de los hijos».

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Características específicas de las personas mayores como consumidoras

El comportamiento de las personas mayores ante el consumo difiere del resto de población fundamentalmente por la influencia de cuatro variables:
๏ Mayor disponibilidad de renta fija (pensión).
Escaso endeudamiento por hipotecas y créditos.
๏ Más tiempo libre.
๏ Mayor predisposición a sufrir problemas de salud.

La influencia de estas variables convierte a estas personas en un segmento de mercado diferenciado con características propias, entre las más destacadas destacan por ejemplo, las siguientes: eligen comercio de proximidad y valoran mucho el trato recibido y la adecuación de los espacios y productos a su grado de autonomía, no están tan
influenciadas por las marcas, compran más por necesidad que por el hecho de consumir, el precio es una variable importante pero no determinante a la hora de comprar y se interesan por productos que mejoren su salud y por servicios de ocio y turismo, para los que disponen de tiempo libre y un interés cultural cada vez mayor.

 

Respuestas transversales: retos y oportunidades de la longevidad 6.5.

Las oportunidades que de esta respuesta se deriven serán transversales, es decir, la personas mayores como consumidoras de servicios y productos tiene necesidades que cubrir en todos los ámbitos de la vida diaria: sociales, sanitarios, culturales, de ocio, turismo, transporte, vivienda, banca y seguros, tecnología, etc. Por tanto, aquella
comunidad y/o empresa que sea capaz de adaptar sus servicios y productos a las necesidades heterogéneas y específicas de esta población estará realizando una doble función: social y económica. Social, porque las persona mayores de 65 años cuando dejan de cotizar a la seguridad social siguen teniendo derechos, deberes y necesidades que las administraciones públicas tienen el deber de atender por obligación y justicia social. Económica, porque la respuesta a estas necesidades específicas y heterogéneas requieren de nuevos enfoques, nuevos servicios y nuevos productos en cuya respuesta los equipos profesionales y las empresas tienen un protagonismo principal. Se crearán
nuevos servicios adaptados, nuevos productos específicos que generarán nuevas oportunidades de negocios y de empleo para esta población en aumento. Así mismo, esta población también tendrá una mayor importancia en las agendas políticas de los diferentes partidos dado que su importancia numérica les situará como colectivo decisivo
en las diferentes contiendas electorales así como en la legitimación de las diferentes políticas públicas. Esto supondrá que tanto administraciones públicas como entidades privadas adopten la perspectiva de la edad como un eje transversal en el diseño de las respuestas que se ofrezcan desde ambos ámbitos a las necesidades específicas de este colectivo.

 

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Para ello, sería necesario poner el foco en las personas mayores, lo que requiere de un mayor conocimiento de las mismas; para ello sería pertinente contar con equipos profesionales especializados de diferentes ámbitos: tanto del ámbito económico, empresarial, marketing y de las nuevas tecnologías como de los ámbitos sociales y gerontológicos. Esta multidisciplariedad requeriría, así mismo, adoptar un enfoque interdisciplinar en los equipos de manera que la interpelación entre ellos tuviera una base de carácter holístico donde el resultado fuera mayor y diferente que la simple suma de ellos. Por tanto, las oportunidades desarrollo socioeconómico que se derivan de la economía de longevidad son amplias, variadas y dado que el fenómeno no tiene un carácter coyuntural, estas oportunidades serán, también, de carácter estructural y sostenido en el tiempo.