15 de junio: Maltrato en la Vejez y Gerontocriminología®

15 de junio: Maltrato en la Vejez y Gerontocriminología®.

El 15 de junio se celebra el Día Mundial de la Toma de conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez. Esta efeméride es una oportunidad para visibilizar este fenómeno que aún hoy resulta desconocido socialmente.

La violencia que sufren las personas mayores es aún un fenómeno oculto que requiere de actividades de sensibilización y prevención para evitar que su opacidad sea un factor de riesgo añadido que incremente la vulnerabilidad de estas personas como víctimas.

 

 

El concepto clásico de violencia y víctima cuando hablamos de personas mayores: maltrato y dependencia.

 

En relación con el fenómeno de la violencia ejercida contra las personas mayores,   tradicionalmente se ha asumido que se trata de «maltrato» en términos genéricos. Este concepto comenzó a visibilizarse en la década de 1970 con diferentes publicaciones como las firmadas por Burston —que acuñó el término «granny battering» (abuelita golpeada)— o Butler, que estudió el Síndrome de la Anciana Apaleada. Posteriormente, la literatura científica fue nutriendo el estudio del fenómeno con nuevas aportaciones referidas a su tipología que han dado lugar a términos como abuso, maltrato, negligencia o abandono. De todos ellos, es el término maltrato el que se ha extendido de un modo más generalizado y hoy en día es el que se emplea mayoritariamente para hacer referencia a la violencia ejercida hacia las personas mayores.

Por lo que respecta a estas personas mayores como víctimas, los estudios han identificado como características más frecuentes, entre otras: ser mujer, la edad avanzada, las escasas relaciones sociales y tener alguna discapacidad. Estos rasgos han generado una imagen mayoritariamente asociada a víctimas que requieren de apoyos para realizar las actividades de la vida diaria, reforzada por el estereotipo social que asocia la vejez con la dependencia. En consecuencia, en el imaginario colectivo se identifica con mayor facilidad a una víctima mayor en el contexto de los cuidados y la dependencia que en otros ámbitos como, por ejemplo, la violencia de género, el ciberdelito o los delitos de odio por identidad u orientación sexual.

Es cierto que el maltrato es un tipo de violencia ejercida contra las personas mayores —con categoría de delito en su versión de malos tratos en el código penal— y que las investigaciones y artículos que han visibilizado su existencia han sido determinantes para contribuir a reducir la vulnerabilidad de estas víctimas y a mejorar su calidad de vida. Sin embargo, también es cierto que la realidad muestra que la victimización de estas personas se produce en contextos diferentes que quedan, en su mayoría, desdibujados bajo el término excesivamente genérico de maltrato.  

 

La propuesta innovadora de la Gerontocriminología®: visibilizar la diversidad victimológica de las personas mayores.

 

En relación con este fenómeno de victimización en contextos diversos y específicos, en nuestro equipo abordamos su análisis desde un enfoque innovador bajo el término Gerontocriminología®, que acuñamos en 2015 y que obtuvo la Mención Especial del Primer Premio de Innovación en materia criminológica otorgado por la Sociedad Española de Criminología en 2016. Con este concepto hacemos referencia al estudio del fenómeno del delito en relación con las personas mayores, tanto cuando son víctimas como cuando delinquen.

Este enfoque se orienta a reconocer la singularidad victimológica y delictiva de las personas mayores y su presencia en delitos y violencias más allá del maltrato con el que habitualmente se les relaciona, tanto cuando se emplea como término genérico como cuando hace referencia a su tipificación como malos tratos en el código penal.

 

 

En el contexto específico de las víctimas mayores, con motivo del Día Mundial de la Toma de conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, este reconocimiento implica visibilizar un abanico heterogéneo de personas mayores víctimas, por ejemplo, de violencia de género, de delitos de odio por su orientación o identidad sexual, de ciberdelitos o de agresiones sexuales. Imaginar estas situaciones puede resulta complicado en un contexto social que asocia víctima mayor con dependencia y maltrato pero la realidad —y las estadísticas como reflejo de la misma— muestran que la victimización a partir de los 65 es posible en más circunstancias de las que mayoritariamente asumimos: dependencia y maltrato.

Sin embargo, no existe aún espacio en el imaginario colectivo para incorporar a personas de 65 y más años, por ejemplo, a contextos como la violencia de género, la homofobia o el delito informático. Esta dificultad social para reconocer la diversidad de este fenómeno se convierte en un factor de riesgo si no se contempla en las políticas de prevención y atención de las diferentes victimizaciones.

Por todo ello, desde el enfoque de la Gerontocriminología® queremos contribuir a mostrar la fotografía de la victimización de las personas mayores desde todos los ángulos de la misma, para evitar que los estereotipos o el desconocimiento de su heterogeneidad puedan incrementar la vulnerabilidad de las personas mayores y para contribuir a desarrollar políticas de prevención y atención adecuadas a su singularidad victimológica y en todos los escenarios en los que sean o puedan ser víctimas.